Deseo que este espacio sea un sitio de discusión amena y respetuosa sobre temas que afectan la vida del pueblo cubano de intramuros y de la diáspora.

Por una Cuba Libre y Democrática, donde pensar libremente sea riqueza para la nación y no motivo de persecución, encarcelamiento y muerte. Donde la libertad de expresión sea un canto renovado y renovador. Donde el respeto a la dignidad plena del hombre no sea una consigna repetida por quienes la violan, sino un estilo de vida en todos y cada uno de los cubanos.


Sean todos bienvenidos a este blog, que persigue dar su modesto aporte en la batalla mediática que se lleva a cabo por parte de la oposición interna y el exilio cubano.

Somos la oposición y hacemos uso legítimo de los derechos de cualquier ciudadano a enfrentar con las armas con que cuenta a una tiranía totalitaria que desde hace más de medio siglo viola todos los derechos del pueblo cubano.


Monday, June 11, 2012

¿Es la alta jerarquía católica cubana consecuente con la Doctrina Social de la Iglesia?

Mientras desde Cuba se alzan voces como la de Monseñor Jaime Lucas Ortega y Alamino, que intentan demostrar que el régimen de la Habana produce cambios favorables a la nación cubana  en un intento por materializar las indulgencias que necesita  para la institución que encabeza y olvidando que: “De cierto os digo: En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” Mt 25:40, el régimen de Raúl Castro recrudece los arrestos de opositores pacíficos,  protagonizando en lo que va del mes de junio más de 50 arrestos  arbitrarios para los que no existen las más rudimentarias garantías.


            Por su parte la  oposición interna, que junto con todo el pueblo de Cuba sufre la miseria a la que el régimen comunista de los hermanos Castro ha llevado a la otrora isla de Jauja,  es además  víctima indefensa del totalitarismo castrista, y se encuentra a merced de los caprichos draconianos de una gerontocracia incapaz de reconocer el derecho de los ciudadanos a  disentir de su política, expresarlo libremente,  oponerse a su permanencia indefinida en el poder, cuestionar su ineficiencia, exigir cambios sustanciales, profundos o radicales  tanto en el orden políticos como  lo administrativo y legal y a  manifestar sus opiniones, aspiraciones e inconformidades en total derecho.


            En los últimos días, al tiempo que el Cardenal Ortega recibía y aconsejaba  a las Damas de Blanco ser “cautelosas” y estas a su vez solicitaban del Cardenal que intercediera ante el régimen de Raúl Castro para que cese la represión en Cuba,  el régimen de la Habana intensifica esa represión dejando a las claras que no hará concesiones de ninguna índole y que en Cuba continuaran cumpliéndose sus dictatoriales designios.


            Lamentable es que su Eminencia el Sr. Cardenal, quien de forma inquisidora acuso, cuestionó y calumnió a los trece opositores que ocuparon pacíficamente la Iglesia de la Virgen de la Caridad del Cobre en la Habana con vistas a la visita papal y pidiendo fuera recibida por su Santidad una representación de la oposicion interna,  en situaciones como esta silencia la voz de la Iglesia olvidando así los deberes para con los fieles católicos y el pueblo de Dios y olvidando tambien los propios enunciados de la Doctrina Social de la Iglesia Católica como muestra el siguiente extracto:


d)  Hacia una sociedad reconciliada en la justicia y en el amor
81 El objeto de la doctrina social es esencialmente el mismo que constituye su razón de ser: el hombre llamado a la salvación y, como tal, confiado por Cristo al cuidado y a la responsabilidad de la Iglesia.117 Con su doctrina social, la Iglesia se preocupa de la vida humana en la sociedad, con la conciencia que de la calidad de la vida social, es decir, de las relaciones de justicia y de amor que la forman, depende en modo decisivo la tutela y la promoción de las personas que constituyen cada una de las comunidades. En la sociedad, en efecto, están en juego la dignidad y los derechos de la persona y la paz en las relaciones entre las personas y entre las comunidades. Estos bienes deben ser logrados y garantizados por la comunidad social.

En esta perspectiva, la doctrina social realiza una tarea de anuncio y de denuncia.

Ante todo, el anuncio de lo que la Iglesia posee como propio: « una visión global del hombre y de la humanidad »,118 no sólo en el nivel teórico, sino práctico. La doctrina social, en efecto, no ofrece solamente significados, valores y criterios de juicio, sino también las normas y las directrices de acción que de ellos derivan.119 Con esta doctrina, la Iglesia no persigue fines de estructuración y organización de la sociedad, sino de exigencia, dirección y formación de las conciencias.

La doctrina social comporta también una tarea de denuncia, en presencia del pecado: es el pecado de injusticia y de violencia que de diversos modos afecta la sociedad y en ella toma cuerpo.120 Esta denuncia se hace juicio y defensa de los derechos ignorados y violados, especialmente de los derechos de los pobres, de los pequeños, de los débiles.121 Esta denuncia es tanto más necesaria cuanto más se extiendan las injusticias y las violencias, que abarcan categorías enteras de personas y amplias áreas geográficas del mundo, y dan lugar a cuestiones sociales, es decir, a abusos y desequilibrios que agitan las sociedades. Gran parte de la enseñanza social de la Iglesia, es requerida y determinada por las grandes cuestiones sociales, para las que quiere ser una respuesta de justicia social.”…

                La jerarquía católica cubana, en su afán por crecer en bienes materiales ha olvidado que su mayor Templo está constituido por el pueblo de Cristo que peregrina con ella y que la posesión que esta llamada ganar es el amor, la fe y el respeto de ese pueblo sin el cual no existiría la iglesia catolíca cubana.


                Una vez más en la historia de la Iglesia Católica nos encontramos que altos representantes de la jerarquía eclesiastica dan las espaldas a los más pequeños y se hacen súbditos de los causantes del dolor, la separación, la división de la familia, los encarcelamientos y los crímenes. En tanto el Cardenal Ortega cree ganar las indulgencias que paga a tan alto precio, la iglesia católica cubana pierde cada día la credibilidad, el respeto y la fe de  muchos católicos cubanos que la ven incumplir en su gestión evangelizadora y libertaria al desdeñar las enseñanzas de Jesus cuando nos dijo: ”Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” Juan 8:32.

                 



                 

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