
Hermanos, ustedes viven en Cuba, conocen el dolor y las escaseces de nuestro pueblo. Conocen también de las arbitrariedades del régimen, de las persecuciones y atropellos a ciudadanos honestos, cuyo único delito es defender el derecho que tienen a pensar y expresarse libremente.
Nuestro pueblo es un pueblo de hombres y mujeres inteligentes y emprendedores, que han dejado muy en alto el lugar que ocupan sus capacidades y creatividad en este exilio que tiene ya más de medio siglo. Sin embargo en Cuba todo es miseria material y moral.
A ustedes convoco, a ustedes me dirijo con toda esperanza, porque se que es posible llegar al fondo de sus corazones y tocar sus sentimientos, para pedirles, para recordarles, que ustedes están en la obligación moral de impedir un baño de sangre en nuestra nación; una nación que cansada de tanta represión, injusticia social, ley de mordaza y Ley de Lynch, puede lanzarse a las calles en cualquier momento a reclamar lo que por derecho le corresponde, a exigir lo que fuera el grito de batalla de la Revolución Francesa:" Liberté, Egalité, Fraternité" (LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD)…
No permitan que la honra del ejército cubano se vea manchada en el crimen de lesa humanidad que comete la tiranía.
No volteen sus armas contra el pueblo que han jurado defender.
A ustedes, como militares de honor les corresponde evitar el baño de sangre de un pueblo que tras medio siglo de experimentos fallidos de un sistema político improcedente, inoperante y totalitario está a punto de romper sus cadenas.
No cometan genocidio, que no se repita una nueva masacre como la de Rio Canimar, el Remolcador 13 de Marzo o el Claro de Luna de Cojimar…
Sean militares de honor y defiendan al pueblo y no a los tiranos que lo persigue, reprime, tortura y asesina…
La Patria os contempla orgullosa…
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